Anna Allen se crea su propio guión

Anna Allen tal vez debería considerar dejar de ser actriz para convertirse en guionista. Después de todo la catalana tiene una gran habilidad para crearse historias en la que se destaca como protagonista. La actriz se ha vuelto más popular por sus manipulaciones de la verdad que por sus intervenciones en “Cuéntame” y su breve noviazgo con Toni Alcántara. Resulta que el sitio La Otra Crónica se ha dedicado a corregir algunas mentirillas de la mujer de 32 años.

Allen quiso hacerles creer a sus seguidores que había acudido a la ceremonia de entrega de los Premios Oscar compartiendo una imagen suya en la alfombra roja del Dolby Teather de Los Ángeles. Hasta el periódico El Mundo obtuvo declaraciones suyas en las que aseguró que estuvo charlando “durante un buen rato con Neil Patrick Harris”, el presentador de esa noche.

Tal vez sus declaraciones alzaron sospechas y con un poco de búsquedas online se dieron cuenta que Allen había pegado su rostro sobre la actriz Kasia Smutniak durante la alfombra roja del Festival de Cine de Roma en 2013. Lo cómico es que nadie haya notado la disparidad entre su bonito vestido y su cabello de fregona, además de lo borrosa de la foto.

A pesar que le gusta hacerse pasar por otras personas, las habilidades de Allen y Photoshop son cuestionables. En Instagram ella se había jactado de haber intervenido en un episodio del popular “The Big Bang Theory” y mostró una foto junto al elenco. Pero resultó que ella pegó su rostro sobre el cuerpo de la actriz Summer Glau. En el sitio web IMDB, que recoge todas las fichas técnicas de series y películas, Allen aparece como haber participado en la sexta temporada, pero no está acreditada en la ficha oficial.

Durante una aparición en un episodio de “Pasapalabra” ella dijo que trabajaría junto a Matt Bomer en la serie “White Collar” y que sería la imagen del Hard Rock Café en Florencia. ¿Y adivinen? Nada resultó ser cierto. En su cuenta de Instagram además de colgar una foto alterada junto a Bomer, divulgó fotos de una invitación a los Oscar del año pasado que en realidad le pertenecía a Lupita Nyong’o, y vestidos y bolsos de marcas de lujo que quiso pasar como suyas, pero que pertenecían a otras celebridades.

Tras el destape, la actriz se apresuró a borrar sus cuentas de medios sociales y no ha emitido comentario. El que ella pensara que podría salirse con la suya con este gran engaño, obliga a cuestionarse su estado de salud mental. En un mundo que cualquier información – y fotos – están disponibles con pocos clics, hace claro que ella no pensó estos fraudes muy bien que digamos.

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